La motivación es el motor que guía al comportamiento de las personas en una dirección especifica. Podemos hacer la siguiente pregunta a un grupo de personas, ¿Qué te motiva en la vida?, y escucharás respuestas como: mi familia, mi hijo, mi padre, mi madre, tener estabilidad económica para ayudar a mi familia, auto-realizarse como persona, tener éxito en todo lo que emprenda, y algunos  cristianos dirán “yo vivo para Cristo”. Por qué escuchamos más respuestas dadas a satisfacer cosas que vemos y tocamos, sin estar consciente de que el ser humano fue hecho para glorificar a Dios, dándole alabanza y honra a su nombre, compartiendo de su amor con las personas con que nos relacionamos a diario. Quizás, pensarás que es obvio la respuesta, pues aquellos que no tienen una relación con Dios querrán todas estas cosas que dan una satisfacción en el mundo, pero los cristianos tendrán otra respuesta, entonces como podemos cambiar la motivación de las personas que están a nuestro alrededor que no son cristianos. Debemos reconocer y entender que ningún ser humano puede cambiar a otro ser humano, aunque pueda estar influenciado por sus enseñanzas, pero no llega a lo profundo de su corazón.

La motivación en la vida como cristianos debe estar centrada en vivir para Cristo, esto es tan importante, pues si comienzas a vacilar en tu convicción sobre el significado de “vivir para Cristo”, entonces vivirás cansado y agobiado tratándole de justificarte ante Dios por ti mismo, la verdad es que “el justo por la fe vivirá”, y esto no debe olvidarse en nuestro pensamiento y estar muy asentado en nuestro corazón. Cuando Cristo llamaba a sus seguidores, Él les decía que dejarán todo por Él, citas como en Mateo 10:37-38 “ El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí”, lo respaldan. Y esto no significa que si tienes una familia entonces debes abandonarla, si tienes una familia comenzarás a dar del amor de Cristo en ese hogar; Jesucristo nos habla de la dirección del corazón, Cristo es primero para dar de su amor a los demás.

Tener una fuerte convicción en que vivimos para Cristo, eso es precisamente lo que debe motivar nuestras vidas como cristianos, ya que hemos sido rescatados del poder de las tinieblas al reino de la luz. Una vez rescatados comenzamos a hablar a nuestra familia y a los no creyentes sobre el evangelio de Jesucristo, pero va a ser bien difícil sino experimentamos su amor y gracia en el poder del Espíritu Santo.

Los no creyentes tienen su motivación centrada en ellos mismos, pero el cristiano debe tener su motivación centrada en Jesucristo, esperanzados que algún día estaremos con Él para siempre.