Cuando la tentación se hace muy fuerte, la gracia nos ayuda

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En medio de toda la turbulencia de la cultura actual somos constantemente bombardeados por saetas de supuesta liberación espiritual con las doctrinas de demonios que suelen llegar a nuestros ojos y oídos, pero estas pueden causar mella paulatinamente e ir debilitando el gozo que tenemos en el Señor Jesucristo cuando abandonamos la oración de aposento con puerta cerrada (Mateo 6.6). La angustia del alma alimentada constantemente por algo contrario a las palabras de Dios nos lleva a una encrucijada cruel y mortífera, que puede ser larga, tenebrosa, y dolorosa. Aunque intentemos solo huir de las tentaciones, sin acudir a los pies de Cristo de manera diaria traerá tarde o temprano que caigamos en la tentación, sumergiéndonos con todo su poder devastador.   

El Señor Jesucristo nos alienta a que permanezcamos en Él para que podamos dar el fruto de Dios, y seamos así sus discípulos (Juan 15.7-8) y se nos llama también a ir al trono de la gracia para hallar misericordia y gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4.16), puesto que Cristo es nuestro gran Sumo Sacerdote, quien nos lleva agarrados de su mano y sostenidos por su gran amor.    

La falta de temor de Dios toca la vida del creyente cuando se detiene la transformación del pensamiento comprobando que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Romanos 12.2), y viene acompañada ahora de todo tipo de pensamiento contrario a la palabra de Dios, por eso, es importante que estemos arraigados y cimentados en amor por la fe, y Cristo habite en nuestros corazones (Efesios 3.17). Esto implica que las deducciones mentales que asaltan el pensamiento no pueden estar sostenidas sobre lo que nosotros creemos que puede ser lo que nos conviene, sino sobre las palabras de Dios, y se encuentran plasmadas en las Escrituras. Ellas llegan hasta la profundo de nuestro ser, y discierne las intenciones del corazón (Hebreos 4.12).

Necesitamos de la gracia de Dios para sostenernos firmes (1 Corintios 15.10) en medio de esta avalancha mundial de nuevas ideas liberadoras que se pregonan a doquier, orquestadas por el príncipe del poder del aire, que es el espíritu que opera en los hijos de desobediencia (Efesios 2.2). En la gracia dada por nuestro Señor Jesucristo recibimos ese poder para soportar, resistir, detener todas las diferentes circunstancias adversas que tenemos en nuestro caminar como hijos de Dios.

Si esta semana fuiste llevado por la tentación e hiciste algo que se hizo fuerte en determinado momento en tu vida que te llevo a la inmundicia, fue precisamente porque el alma dejó de estar esperanzada en las riquezas de la gloria de su gracia. Y esto se da cuando llevamos mucho tiempo desconectados del corazón hacia el glorioso Dios en nuestra  vida de oración; inclusive se puede asistir semana tras semana a la iglesia, pero lo que comenzó pequeño se hizo grande, y ahora estamos en un momento critico, y necesitamos tomar decisiones en nuestra vida que implique una cirugía de corazón abierto para tomar esa piedra que se ha formado, y sacarla de nuestro ser por la fe en Cristo en el poder del Espíritu, y ser reemplazado por un corazón sensible que escuche la voz de Dios en oración privada, y después pública.

No te desalientes si tienes que comenzar de nuevo en el caminar con Cristo, sométete a Dios, pues cuando nos arrepentimos de todo corazón eso no es una carga, porque el enemigo (el diablo) puede venir con esos susurros para desanimarte, pero es precisamente para que nos quedemos en ese lugar de tinieblas, relajados, disfrazado en la superficie con todo lo que ofrece este mundo para que supuestamente seamos felices y lleno de éxitos. Ten muy presente lo que dice Santiago 4.4-7 ¡Oh gente adúltera! ¿No saben que la amistad con el mundo es enemistad con Dios? Si alguien quiere ser amigo del mundo se vuelve enemigo de Dios. ¿O creen que la Escritura dice en vano que Dios ama celosamente al espíritu que hizo morar en nosotros? Pero él nos da mayor ayuda con su gracia. Por eso dice la Escritura: «Dios se opone a los orgullosos, pero da gracia a los humildes» Así que sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.

Elaborado por:

Jair Sánchez Ordoñez

Ministerio el Mensaje de Jesús

PASTOR | TEÓLOGO | FUNDADOR EMDJ

Jair Sánchez Ordoñez

Ministerio el Mensaje de jesús

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