EMDJ76 – Siempre y cuando lo busques con todo tu corazón – Deuteronomio 4:29

Loading

Deuteronomio 4.29: “Pero si estando allí buscas al Señor tu Dios, lo hallarás, siempre y cuando lo busques con todo tu corazón y con toda tu alma”.

Reflexión: Cuando colocamos la lupa en la historia de Israel nos refresca el camino que todo hijo de Dios debe entender, por eso, es de vital importancia la meditación de las Escrituras cuando dice en 1 Corintios 10.11 “Todo esto le sucedió como ejemplo, y quedó escrito como advertencia para nosotros, los que vivimos en los últimos tiempos”, y cuando se menciona que “todo esto le sucedió”, se refiere es al castigo que experimentó el pueblo de Israel como consecuencia de la desobediencia a la ley de Dios. Es posible, que leamos la historia sin temor y temblor, porque vemos que actualmente no suceden los milagros y los juicios que vivió la nación de Israel en ese tiempo, tal como están descritos en el Antiguo Testamento, pero no te confundas, pues hay una fuerte exhortación al pueblo de Dios en Cristo Jesus en Hebreos 12.25-26 “Tengan cuidado de no desechar al que habla. Si no escaparon los que desecharon al que los amonestaba en la tierra, mucho menos escaparemos nosotros si desechamos al que amonesta desde los cielos. En aquella ocasión, la voz de Dios sacudió la tierra, pero ahora ha prometido: «Una vez más sacudiré no sólo la tierra, sino también el cielo”, y se refiere al gran juicio que vendrá al mundo entero cuando venga nuestro Señor Jesucristo desde los cielos.

Así, que si nos quedamos con una reflexión efímera de estas cosas, y nos ablandamos buscando artificios mentales para que nuestra vida no sea fría ni caliente, sino más bien siga tibia (Apo 3.15-16) por años, entonces, la palabra  de Dios nos dice “te vomitaré de mi boca”. Esta forma de pensar, es para volver en sí, debemos hornear nuestro corazón con arrepentimiento genuino, porque el ser humano en su afán de vivir en la supuesta paz que ofrecen los gobiernos mundanos, se han olvidado de dónde viene el verdadero refugio, la roca eterna, el consuelo que necesita nuestro ser. Jesucristo dijo: Mi reino no es de este mundo (Juan 18.36), realmente somos ciudadanos del cielo.

El llamado de Dios es fiel, aun en nuestras infidelidades a su palabra, la gracia llega e inunda nuestro ser, naufragamos sin tener un rumbo claro, cuando obstinados por forjarnos nuestro destino nos equivocamos una y otra vez, al final debemos reconocer que Dios siempre tiene la última palabra, y en su infinita misericordia nos extiende su mano para que podamos disfrutar de su presencia. Cuando las congojas son muy frecuentes, debemos clamar la piedad de Dios para entender que solo nuestro Dios en Cristo Jesús, es el único que realmente llena con su Espíritu Santo nuestra alma. Él es el que trae regocijo a nuestro espíritu, nos sustenta con el poder de su palabra, y nos resguarda de la distracción que ofrece este mundo con todos sus seducciones.

Ahora, para encontrar a Dios, debemos buscarlo sinceramente y si no lo encontramos, es porque no lo hacemos de todo corazón, ese fue el llamado que Dios nos hizo en su palabra, cuando por la obstinación queremos hacer solo lo que a nosotros nos parece lo correcto. Dios permite ciertas circunstancias en nuestra vida y eso incluye precisamente que en medio de ellas le busquemos por medio de la oración para hallarlo. Observemos el llamado que Dios le hace a su pueblo en Deuteronomio 4.29 “Pero si estando allí buscas al Señor tu Dios, lo hallarás, siempre y cuando lo busques con todo tu corazón y con toda tu alma”, esto después que les dijo que el Señor los esparcirá entre los pueblos como castigo a su desobediencia, entonces, allí en el exilio, les da voz de esperanza, encontrarán a Dios, pero siempre y cuando lo hagan con TODO el corazón, no una parte, no una sección, nos dice todo el corazón, toda el alma, todas las fuerzas y toda la mente, entonces el Señor desde los cielos nos promete y nos dice: Yo estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo ( Mateo 28.20).

Del corazón salen los malos deseos (Mateo 15.19), pues donde esté tu tesoro, allí estará también nuestro corazón (Mateo 7.21), por lo tanto, no le echemos la culpa a Dios de nuestra vida vacía, Él nos ha mostrado su gran amor al enviar a su Hijo Jesucristo a morir por nuestros pecados (1 Juan 4.9), y que podamos reconciliarnos con Él, recibiendo su perdón y su Santo Espíritu.

En Lucas 11 nuestro Jesucristo enseña sobre la oración, nos dice que pidan, busquen y llamen (Lucas 11.9), se nos promete que nos dará, encontrarán y se les abrirá, porque es un buen Padre, y siempre ha querido dar buenas cosas a sus hijos; esas buenas cosas se refiere es al Santo Espíritu que viene desde el cielo. Otros engañados por la predicación moderna centrada en el hombre, piensan que Jesus se refería a las cosas que buscan los que no conocen a Dios, es decir, el pan perecedero (Juan 6.26-27). Dios sabe de qué cosas tenemos necesidad, pero realmente el alimento que necesitamos cada uno de nosotros es el pan de vida que viene desde el cielo. Nos equivocamos tan frecuentemente por estar tan afanados como los que no conocen a Dios, y no buscamos con ahínco su presencia, y después enojados porque todo está silencioso, entramos en una muerte espiritual segura, y queremos ablandarla con deleites mundanos.

Hermanos, llegan momentos en la vida cristiana que todo está quieto, sumamente silencioso, Dios lo permite para que reflexionemos y podamos ir muriendo a lo egoísta que pudiéramos llegar a ser con nuestro Yo, negándonos a nosotros mismos (Mateo 16.24). Muchas cosas nos pasan y no lo discernimos espiritualmente, llega la falta de oración poco a poco, y si la vida espiritual no avanza,  viene acompañada de la inmoralidad sexual,  drogas, alcoholismo, codicia por todo lo que vemos, y la amargura que llevan muchos en el secreto, entre otras cosas, solo y simplemente, porque pensamos que somos muy sabios, y se nos olvida que cuando nos entregamos a Cristo en las aguas del bautismo, nos convertimos en ministros del Nuevo Pacto, teniendo muy presente lo que se dice en 2 Corintios 3.3-6, “Es evidente que ustedes son una carta escrita por Cristo y expedida por nosotros; carta que no fue escrita con tinta sino con el Espíritu del Dios vivo, y no en tablas de piedra sino en las tablas de corazones que sienten. Ésta es la confianza que tenemos ante Dios por medio de Cristo. Y no es que nos creamos competentes por nosotros mismos, como si esta competencia nuestra surgiera de nuestra propia capacidad. Nuestra competencia proviene de Dios, pues él nos hizo ministros competentes de un nuevo pacto, no de la letra, sino del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica”.

Te dejo estas citas para meditar y clamar al Señor de los cielos para tengan eco en nuestros corazones:

Jeremías 29.12-13 “Entonces ustedes me pedirán en oración que los ayude, y yo atenderé sus peticiones. Cuando ustedes me busquen, me hallarán, si me buscan de todo corazón”

2 Crónicas 15.3-4 “Israel pasó mucho tiempo sin un Dios verdadero y sin un sacerdote que los instruyera, y sin ley; pero cuando en su angustia se volvieron al Señor y Dios de Israel, y lo buscaron, lo hallaron”

Isaías 55.6 “Busquen al Señor mientras pueda ser hallado; llámenlo mientras se encuentre cerca”

Lucas 21.34-36 “Pero tengan cuidado de que su corazón no se recargue de glotonería y embriaguez, ni de las preocupaciones de esta vida, para que aquel día no les sobrevenga de repente. Porque caerá como un lazo sobre todos los que habitan la faz de la tierra. Por lo tanto, manténganse siempre atentos, y oren para que sean considerados dignos de escapar de todo lo que habrá de suceder, y de presentarse ante el Hijo del Hombre”

Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos ustedes.

Elaborado por:

Jair Sánchez Ordoñez

Ministerio el Mensaje de Jesús

PASTOR | TEÓLOGO | FUNDADOR EMDJ

Jair Sánchez Ordoñez

Ministerio el Mensaje de jesús

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *